viernes, 29 de mayo de 2009

El Mensje (final)



Jueves  3 de febrero  del 2009

El sol por estos días nos hace sentir su innegable fuerza, hace un calor tremendo, a veces insoportable, tanto que viajo en bivirí y no temo a las miradas insistentes de los demás pasajeros. Me resbala lo que piensen.

El bus, que se supone es el que va mas rápido va casi vacio, así es que puedo, para mi bien, viajar a mis anchas, solo delante mío, en los primeros asientos va alguna gente, atrás donde voy yo esta vacio, calculo de los cincuenta y cuatro asientos que hay estarán llenos solo veinte. El bus se demora en salir y me pongo impaciente, tengo entre mis manos un libro que he leído varias veces pero que al releer es como si fuera la primera vez, es “el pozo” de Juan Carlos Onetti, y trato vanamente de leerlo, cuando de pronto se prenden los motores.  Arranca y veo desfilar las fachadas de esta cuidad a la que no me siento ligado para nada, además si pudiera me iría a  otro lado a vivir, pero eso me es imposible. De pronto siento un brusco frenazo, veo insistentemente por la ventana y comprendo que poco antes de salir de la cuidad un carro ha interceptado el bus, es un taxi y de ahí baja dos extranjeras, hablando en pésimo español, le explican al cobrador (¿así se llama?) que este era su bus y que al darse cuenta que lo perdían no tuvieron mejor idea que  salir a su encuentro.

Las dos “gringas” son bellísimas, y por ende reniego por no estar con alguna, caminan apoyándose en los asientos, miran alrededor y como había cualquier cantidad de asientos, no ven mejor elección que sentarse, juntas, al medio. Yo, que sigo mi lectura normal veo a estas dos bellezas voltear insistentemente al fondo del bus, me ven y voltean, por suerte estoy con lentes y puedo ver todos sus movimientos, ellas no lo notan, piensan que estoy atento a mi lectura, pero lo único que hago es ver, aunque sea por unos segundos, sus rostros y sus  rubias cabelleras.

Ellas, que creen que todos los peruanos somos ignorantes y paupérrimos, hablan en su fluido ingles y ríen de rato en rato, yo rio también por que se perfectamente lo que dicen, ellas que empezaron a notar mi risa se impacientaron y no volvieron a voltear.  Tienen, según mis cálculos, entre veinte y diecinueve años y  comparten una enorme botella de agua, yo que tengo una enorme botella pero de Coca-Cola. Están viendo algo y escuchando música, de pronto una de ellas, la que se sienta del lado del pasillo, se para y camina los treo cuarto metro que nos separan y se sienta a mi lado arbitrariamente, me habla en un español malísimo y trata de ser atenta, yo que de seguro puse cara de idiota la interrumpo y le digo “in english please”. Se calla y me mira como si fuera yo un espécimen raro de la humanidad, cree que un peruano no puede hablar ingles, es bellísima y se le perdona todo. No dijo nada mas, se paro y le conto a su amiga lo sucedido, la otra, que es mas o menos de mi edad viene y las dos sonriéndome coquetamente me empiezan a interrogar, yo muy amable trato de disimular mi mirada que esta clavado en su cuerpo y contesto con frases y monosílabos, ellas que están encantadas con migo (al menos eso creo) terminan por darme su teléfono, sus correos, sus direcciones de sus casas en california y se van a sus asientos con sueño.

El resto del viaje, faltan dos horas, lo he pasado durmiendo, las dos chicas están también dormidas, solo paso algo raro, la menor que se llama stacy me despertó y me digo que si se podía sentar con migo, lo dijo en vos baja como si fuera un secreto, se sentó  a mi lado, se acurruco a mi lado y en un arranque de osadía me beso, después se hecho a llorar, lo hacia por estar lejos de su país, era una chica totalmente diferente  a l prototipo de norteamericana al que yo me había hecho, era muy sensible y  además inteligente. No me di cuenta cuando se fue de mi lado, solo recuerdo cuando el cobrador me despertó  ya habíamos llegado a lima y yo estaba en sueño profundo, vi los asientos donde ellas estaban, estaban vacios, pregunte por ellas y el cobrador no supo darme razón, “creo que lo soñó señor”, me dijo.

Salí en shock, fui a casa y no pude ocultar mi consternación, deje mis cosas en el suelo, camine al mueble y me eche a poder recordar  algo, fue en vano. Me quede dormido, hasta que me despertó una llamada, era cinthia y me decía que estaba en su casa, estaba sola y que si podía vaya a verla por que no estaba muy bien, su enamorado estaba en la universidad y que hoy no lo vera, le prometí  ir pero en unas horas, le dije que estaba cansado y que mas tarde si falta iría a verla.

Dormí un par de horas, tenia como dos llamadas perdidas en el celular, me cambie solo de pantalón y salí a su casa, camine lento y en dirección correcta, ya el sol se ocultaba y la noche hacia su presencia, compre unos cigarrillos, el vendedor me vio y me saludo, lo conozco desde que tengo un año, me desea suerte en mi visita, le compro una gaseosa demás y camino lo mas rápido, paso por el “hipódromo “ donde ven las carreras, gente tomando  y yo riendo al verlos perder su dinero, cruzo la pista y  toco el timbre pero nadie abre, esta oscuro y decido llamar a cinthia cuando de pronto la puerta se abre lentamente, cierro el celular y la veo, esta reluciente , me abraza, se queda así un rato cerca y después quitándome la gaseosa me señala el sofá, ella que esta en pijama me advierte que regresara en un rato, la espero y mientras tanto trato de recordar exactamente qué demonios paso en el bus.

Con la cabeza recostada en el sofá, intentaba ahuyentar mis ideas y traer a mi mente el hecho explicito y el tiempo exacto de mi viaje, de pronto sonó su puerta, me incorpore y vi en el umbral a una señora muy alta, me miro y trato de recordarme diciendo nombres, yo negaba con la cabeza y me presente, asintió con la cabeza, me ofreció algo de tomar y se disculpo, subió al segundo piso y después de unas palabras y cuchicheos vi bajar a cinthia, sonreí y se sentó a  mi costado. Lo que paso a continuación fue su declaración de la verdad, se sincero con migo y me dijo algo que, la verdad, no se si era para llorar o para reír.

Me confeso que su enamorado se había ido de viaje hace unos días a Argentina, que le salió una oportunidad de trabajo irrechazable y que terminaron en los peores términos, hasta ese momento me alegre, prosiguió diciendo que al doctor que había ido por culpa de su ex le había ayudado a salir de la depresión. “Ahora me siento mejor, sabes, en este momento se ha ordenado todo, disculpa por llamarte y traerte a la fuerza, pero necesitaba conversar y que estés a mi lado”.

La abrase y me alegre mucho por ella, se lo hice saber y al abrazarme sintió unos papeles en el bolsillo de mi casaca, me miro extrañada, me pregunto que era y yo que estaba mas sorprendido que ella deje que abriera el cierre y develara el secreto. Abrió,  saco unos papeles y un billete de cien dólares, me miro y entre una cara de extrañeza y alegría me interrogo. En uno de los papeles estaban direcciones y teléfonos americanos, y una hoja donde decía algo bello” Miss you” en tinta negra sobre una hoja blanca y lo que es peor,  unos labios puestos perfectamente sobre el papel.  Mi cara era lapidaria, ella que se paro y con furia me pregunto una y otra vez quien era la chica que me dejaba estos mensajes en ingles y lo que es mas extraño, tanto dinero. Pude responder  todo, le conté todo mi viaje en el bus y mi encuentro con esas turistas,  todo menos lo que paso entre stacy y yo, creyó y parándose rápido, viendo bien el billete me dijo: ¡“Esto hay que celebrarlo”! Asentí con la cabeza, salimos a caminar, cambie el billete y compramos un par de entradas para el teatro.

N o se como terminara esto, la verdad, solo se que ahora en medio del bosque en una zona alejada de lima, cinhtia y yo disfrutamos del regalo de stacy, ella me ha ubicado por los medios electrónicos, le agradecí su apoyo y promete volver al Perú , pero esta ves , dice, es para quedarse.




La maquina del tiempo - MAR DE COPAS
 

ABEL ARTURO BENDEZU - BLOG © 2008. Chaotic Soul :: Converted by Randomness